La Convención
Después de un día entero de aviones y aeropuertos llegaron finalmente al hotel.
El tiempo necesario para recuperarse del cambio horario, reagrupar los viajeros llegados en diferentes vuelos porque las normas de seguridad de aquella empresa eran estrictas.
Para prevenir un riesgo mayor los ejecutivos de alto nivel no podían viajar compartiendo los mismos aviones. Como si se tratara de las mismísimas familias reales.
Finalmente se encontraron todos en la recepción del hotel donde les esperaban los guías locales y el autocar.
Los anfitriones habían querido agasajar por todo lo alto a tan importante comitiva. Todo había sido dispuesto para que la cena inaugural fuera una ceremonia que nadie pudiera olvidar. Se iba a ofrecer nada menos que el mayor refinamiento de la gastronomía nacional.
Después de escuchar las explicaciones dadas sobre lo excepcional del manjar que iban a degustar, empezaron a comer sus shashimi de Fugu. Al principio con prevención. Algunos, los más decididos aprovechando la ocasión para dar muestra de su arrojo. En una actitud típicamente gaijin, hubo quien haciéndose el gracioso interpretó un improvisado ataque de convulsiones desatando las risas de su coro de aduladores.
Nadie se consiguió explicar como fue posible.
El Fugu sólo podía ser preparado por un cocinero experto en posesión de un diploma especial conseguido tras varios años de estudio.
A pesar del cuidado extremo puesto en la elaboración, de acuerdo a técnicas secretas únicamente conocidas por el gremio, la potente tetradoxina no tardó en causar su silencioso y placentero efecto, transformando mediante un hormigueo paralizante el cuerpo en una prisión silenciosa donde quedaba atrapada un alma que seguía plenamente consciente.
La bienvenida ceremonial consiguió el mayor impacto mediático que nadie hubiera jamás imaginado.
Fue portada en los periódicos durante varios días.
Además provocó que aquella gran multinacional revisara sus estrictas normas de seguridad.
Asimismo proporcionó importantes posibilidades de promoción entre los que no habían viajado.
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