L.C.D.A.

abril 7, 2007

Wargame

Filed under: General — tale0 @ 9:50 am

RITOS INICIATICOS 

   

¡Esta juventud de hoy no tiene conciencia del peligro!

La historia: 

Cada vez que oigo esta frase me viene a la cabeza una historia de juventud que me contaba mi padre. Mi padre tenía ocho años cuando le cogió el inicio de la Guerra Civil en Barcelona. Según avanzó el conflicto y al haber sido movilizados tanto mi abuelo como su hermano mayor y a raíz de los catastróficos bombardeos aéreos sobre la ciudad en marzo de 1938, la familia decidió enviarlo al campo donde vivía una de sus tías. En aquella zona de la Costa Brava había muchas carencias, pero al menos y a diferencia de lo que pasaba en la ciudad, no les faltaba comida.

Así es que fue por aquellos parajes del Baix Empordà donde conoció el final de la Guerra y los primeros años de la posguerra. Como que los chavales del pueblo no tenían demasiadas cosas con las que entretenerse, se dedicaban a organizar juegos entre ellos tal y como se ha hecho siempre.

El juego:

El juego consistía en buscar un claro despejado en el bosque donde amontonar madera y ramas para encender una hoguera. Aquella zona no conoció más hechos de armas que algunos bombardeos navales por parte del crucero Canarias y el paso de un ejército republicano derrotado cubriendo la salida de las columnas de refugiados hacia el inicio del exilio en las playas de Argelès. A pesar de ello eran muy abundantes los depósitos de material de guerra, pertrechos y munición abandonados.

Así es que una vez preparada la pira de lo que iba a ser la hoguera, cada chico aportaba su botín con el que aderezarla. La mayor parte eran cartuchos de fusil máuser y balas de pistola. Algún cartucho de ametralladora pesada era un apreciado condimento adicional. Una bomba de mano era un trofeo demasiado valioso para desperdiciarlo en aquel juego.

Cuando todo estaba preparado, los chicos prendían fuego a la hoguera y se situaban en círculo alrededor. La regla de honor indicaba que había que quedarse quieto en su sitio, mirando al fuego hasta oír la primera detonación. A partir de ese momento ya se podía salir corriendo en busca de refugio, esperar a cubierto que todo pasara para desaparecer rápidamente antes de la llegada de la pareja de la Guardia Civil investigando qué había sido aquella ensalada de tiros.

Imagino a mi padre como al resto de los chavales mientras la hoguera luchaba por cobrar fuerza. Llevando en silencio durante minutos interminables su lucha interna entre el instinto que dictaba órdenes directamente a las piernas para salir de allí, desaparecer, sobrevivir a cualquier precio y el cerebro frenando esos impulsos, consciente de que un solo instante de debilidad no tendría penitencia posible y representaría una deshonra inconcebible. Una yugo insostenible para continuar la existencia en aquel lugar.

Según me explicó, de todas las veces que jugaron, nunca nadie abandonó su lugar antes de tiempo. Tampoco nadie resultó herido.

¡Si es que esta juventud de hoy no tiene conciencia del peligro!

13 comentarios »

  1. Jijijiji… Parecen supositorios XDD

    Bueno, es que los niños son muy inconscientes. Antes los niños jugaban a las guerras de piedras, ahora no porque están las madres o las niñeras pendientes todo el rato de que no se hagan daño y blablabla. Aunque quién sabe lo que ocurre en los patios de los colegios sin vigilancia… Pura selva XD

    ¿Opá? Aghs… mejor me pongo un rato a Tom Jones y ya se me pasa la obsesión con la YeiLou XDD
    Besos :*

    Comentarios por Miss Sinner — abril 7, 2007 @ 10:50 am

  2. Tú sigue así, dando ideas y verás… ¡si es que este tale no tiene conciencia del peligro! 😉

    Ahora en serio, me ha encantado tu penúltimo párrafo, en el que describes esa lucha interna instinto de supervivencia-cerebro, y ese «yugo insostenible». Me parece tan real… nos hacemos de pequeños cada empanadilla mental, ¿verdad? Bueno, y no de tan pequeños también…

    Un besazo 🙂

    Comentarios por mandarina azul — abril 7, 2007 @ 7:56 pm

  3. Juegos de guerra….el orgullo luchando con el miedo..con armas de fuego….
    ciertamente no habia nada….después de la guerra solo quedaba la imaginación…
    donde andará ella ahora….
    Buenas noches…saludos y demás besos…

    Comentarios por liver — abril 8, 2007 @ 2:29 am

  4. P’habernos matao!

    Sí, alguna vez escuché a mi padre lo de recoger restos de la munición y echarla al fuego. Creo que fue a raíz de alguna escena en una película, en la que me extrañó la tranquilidad con la que echaban las balas a una hoguera. Y es que lo peor que tienen las balas es la velocidad.
    También contaba que las vendían como chatarra. En fin…
    En cambio, sus mayores… esos sí que eran conscientes de a qué jugaban. Jo!

    Comentarios por Alabastro — abril 9, 2007 @ 2:22 pm

  5. Ritos iniciáticos… muchos, muchos…
    Alguno consistía en ir a una obra, y colocar dos o tres filas de ladrillos en la carretera y escondernos en la misma obra hasta que pasara un coche. A veces, hasta que viniera el guarda…
    Y muchas más, casi inconfesables… casi.

    Comentarios por Alabastro — abril 9, 2007 @ 2:26 pm

  6. Pues a mí la historia me recuerda los juegos de esta juventud, tan actual y tan inconsciente también, o quizá, con tan poco a lo que aferrarse que sólo le queda pasear por los campos minados de bombas y dejar sus piernas clavadas al suelo como pesadas anclas, enterradas en la pudedumbre de lo irracional. Y también, a estas otras balas, las jeringuillas de los muchos insconcientes que pican sus angustias en los parques infantiles…

    Si bien recuerdo juegos iniciáticos de juventud…el de caminar por las vías del tren y no salir corriendo hasta que intuyeras que el tren se acercaba. (Alguno que se saltó lo de la velocidad del sonido…salió volando por los aires, no creas) y el de saltar de un lado al otro del río, justo por el hueco que quedaba dónde adquiría mayor velocidad la corriente… Sí, vivita, de puro milagro, XDDD. ¡¡¡Que animales!!! Pero que todo sea por amor al grupo, a la lealtad, anda que…

    Veo que el fuerte ha estado bien guardado. Con una artillería así…

    Besos a balazos. Ea.

    Comentarios por Only — abril 9, 2007 @ 11:49 pm

  7. Cómo cuando ves a los jóvenes recién sacado el carné de conducir, pasar los cruces sin mirar a toda pastilla apurando la frenada hasta el último segundo, y piensas: «¿pero es que no se dan cuenta de que pueden morir o matar a alguien?» Pero no, no se dan cuenta, no tienen conciencia del peligro. Cuanto mayor te haces mayor conciencia tienes y mayor es el miedo. A veces no puedo evitar echar de menos la época en la que me sentía inmortal y que nada malo podía pasarme…
    Un abrazo

    Comentarios por hell — abril 10, 2007 @ 9:29 pm

  8. Hace unos días me reía con la siguiente afirmación: «Los jóvenes de hoy aman el lujo, tienen manías y desprecian la autoridad. Responden a sus padres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros». Y no me reía de las palabras en sí, me reía de que esto lo decía Sócrates (469 adC. – 399 adC.), así que se puede afirmar que en cada época los jóvenes han tenido que aguantar miles de sambenitos, justificados o no, que demuestran que unidas a la juventud van cosas como el vulnerar las reglas y desafiar el orden establecido.

    Por cierto, la historia es preciosa. Casi podía oler la madera de la hoguera.

    Un beso lleno de agua de tu tierra… muá-glu-glu

    Comentarios por magenta — abril 10, 2007 @ 9:33 pm

  9. Es cuando no conoces tus límites, cuando aun no te enfundaste con el rostro grave de ser responsable, congruente, consciente de de lo que se te viene encima. Es cuando en el gran taller de los mayores te hacen la siempre chapucera puesta a punto mental, para seguir luego con los años nosotros con el mismo ejemplo. Es cuando aun no teniamos previsto desviar todo aquel raudal de imaginacíon y energía y reconvertirlo en posibles metodos agresivos de superviviencia. Es cuando yo, de un trozo de madera, hacía una guitarra o un fusil, y cuando correr era un placer, no un perseguir o un huir. Es cuando exageraba, muchos más que ahora, pero repleto de ilusiones y proyectos más cercanos a las estrellas. Es entonces, cuando inventaba juegos y hacia un agujero en el suelo para alcanzar el otro extremo del mundo. Es entonces, cuando el mayor peligro, era y fue perder la inocencia.
    Antes de irme…Gracias por el relato. Igual que Magenta, me he sentido como un protagonista de aquel momento que narras, y me he puesto correr a la primera detonación.
    Un abrazo Tale. Hasta pronto, y cúidate mucho.
    Jaume.

    Comentarios por Jaume de Mil i una nits... — abril 11, 2007 @ 1:36 am

  10. Sin duda, lo mejor es el descubrimiento… y algo que me apasiona suelen ser las biografías de estos personajes desconocidos para mi…cuando pienso, cuanta gente interesante anda en las sombras…en las mias al menos claro…fijate que es una de las cosas que mas agradezco a Internet, haberme dado la oportunidad sin grandes esfuerzos de hacer estos y otros descubrimientos, para los que como yo tuvimos que abandonar los libros forzosa y prematuramente (para mi gusto), sin duda es de gran ayuda..
    Besos nocturnos…;)

    Comentarios por liver — abril 12, 2007 @ 1:15 am

  11. Es un juego desde luego bastante peligroso….

    Además no debe ser exactamente bueno para los tiempos que corren/corrieron que se pueda hacer eso… Si hay munición cerca es que las cosas no andan nada bien

    Comentarios por pequeñoIbán! — abril 12, 2007 @ 7:19 am

  12. Todos hemos hecho cosas así de pequeños. Yo recuerdo que no hace tantos años nos tirábamos ocn la bici por la cuesta más cuesta que os podais imaginar. La regla era no tocar el freno… Bueno, gracias a eso tengo unos recuerdos maravillos de mi infancia, y dos cicatrices (una en cada pierna) de una vez que pillé una piedra en plena super-bajada y salí volando por encima de la bici… Pero eso sí! NUNCA toqué el freno!! Je, je,je

    Qué buenos momentos!

    Comentarios por Naza — abril 12, 2007 @ 5:26 pm

  13. Madre mia que juegos luego dicen de nosotros jejeje, peor claro si es lo que digo yo como es posible que sigamos vivos con la de burradas que hemos hecho…solo espero que dentro de muchos años mis hijos y mis nietos lleguen a pensar estas mismas palabras
    Besos

    Comentarios por Sonia — abril 13, 2007 @ 11:24 pm


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